Por Andrés Oppenheimer
A pesar del reciente fracaso de la Organización de Estados Americanos en aprobar una resolución exigiendo que Venezuela restablezca el orden democrático, la presión nacional e internacional sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro aumentará en las próximas semanas.
No hay que exagerar el impacto de la victoria diplomática temporal de Maduro en el voto de la OEA el 19 de junio en Cancún, México. Ni tampoco hay que sobredimensionar el aparente control de Maduro de sus fuerzas armadas después del confuso incidente en que un helicóptero de la policía aparentemente disparó contra el tribunal supremo controlado por el régimen.
Todo indica que la crisis política de Venezuela, que ya ha causado 77 muertes en los últimos tres meses, continuará calentándose.
Lea el resto del artículo aquí.