Por Naiara Galarraga Gortázar
El País, Madrid
Amazon, la empresa que más vale en Bolsa del mundo, libra con ocho países sudamericanos una larga y feroz batalla por un trozo del ciberespacio cargado de valor simbólico y potencial económico. El escenario son despachos muy lejanos del origen de la disputa, la Amazonia, el mayor bosque tropical del mundo.Ambas partes están enzarzadas en un litigio por el dominio .amazon, por quién gestiona y cómo utiliza en Internet el término Amazonia en inglés. El pleito empezó hace siete años, cuando Amazon Inc., el gigante del comercio electrónico, solicitó al organismo que decide cómo se reparten los dominios(ICANN; la Corporación de Internet para asignar Nombres y Números), que se lo adjudicara en exclusiva. Los países afectados no piden .amazon para ellos pero sí reclaman una gestión compartida, exigen tener control sobre cómo se utiliza. El enésimo plazo que les concedió el ICANN para ponerse de acuerdo venció el domingo pasado.
Esta es una guerra del siglo XXI con abogados y diplomáticos en las trincheras. Una batalla de desgaste en la que ICANN ha intentado mediar infructuosamente. “Para nosotros, tiene un interés histórico, cultural… Existe el sentimiento de que se pierde la propiedad en Internet de algo que es nuestro desde hace siglos”, explica en una entrevista telefónica el embajador Achilles Zaluar, director del departamento de promoción tecnológica del Ministerio de Exteriores de Brasil, el país donde se ubica la mayoría de los siete millones de kilómetros cuadrados de la Amazonia (casi el doble de la superficie de la UE).
“Nadie discute la marca ni los intereses comerciales de la empresa, sino el territorio digital”, recalca. “Nosotros queremos el derecho a objetar si surgen divergencias (sobre el uso de los dominio) y queremos poder acudir a un arbitraje independiente”, precisa en referencia los ocho países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, agrupados en la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, bautizó a la compañía que creó con su entonces esposa, MacKenzie, con el nombre en inglés del río más largo del planeta porque pretendían crear la mayor librería online del mundo. Amazon ha crecido mucho más, mientras la Amazonia ha ido encogiendo por la deforestación. El empresario estadounidense dio con el nombre Amazon cuando buscaba en un diccionario palabras que comenzaran por A. No fue su primera opción. La compañía Patagonia de ropa deportiva renunció a un pleito similar hace años ante la oposición de Argentina y Chile.
Amazon intentó convencer a los países amazónicos el año pasado con la promesa de cinco millones de dólares (4,4 millones de euros) en libros electrónicos Kindle y espacio de almacenamiento en la nube. No aceptaron.
En realidad, el litigo no es tanto por .amazon como por los llamados dominios de segundo nivel que podría generar como .hotel.amazon o turism.amazon porque, según el representante diplomático brasileño, “podría hacer creer a la gente que está avalado por las autoridades de la región, por ejemplo”.
El ICANN estableció hace ya muchos años las reglas básicas de uso de los dominios por las que una empresa o un particular no podrían quedarse con el dominio de un país, por ejemplo. Y la adjudicación de los dominios geográficos requiere el visto bueno de las autoridades locales. Pero cuando Amazon Inc pidió gestionar en solitario .amazon, el término no fue considerado geográfico porque “las traducciones no están contempladas”, explica por teléfono desde México Rodrigo de la Parra, vicepresidente de ICANN para América Latina y el Caribe. La batalla es por el término en inglés, no por las denominaciones originales Amazonia o Amazonas.
De la Parra admite que es uno de los pleitos más relevantes sobre la mesa de este organismo técnico e independiente y también de los más largos, pero no único. Existen unas 1.200 peticiones para usar dominios con fines comerciales. “Ha pasado tanto tiempo porque premiamos el consenso. Nosotros somos neutrales”, recalca de la Parra, uno de los vicepresidentes de este organismo que incluye representantes de Gobiernos, del sector privado y de la comunidad tecnológica. Añade que el ICANN medió sin éxito durante un año antes de poner varios plazos en los últimos meses que las partes han incumplido.
El ultimísimo intento, explica el representante de la ICANN, fue pedir a la compañía “una propuesta que respetara las preocupaciones genuinas de los países de que respetará el legado de los países amazónicos”. La misiva, de 26 folios, no satisfizo a los países que respondieron en dos folios pidiendo más tiempo para intentar alcanzar un acuerdo con el gigante del comercio. El directorio de ICANN, formado por 21 personas, podría tomar la decisión final o ampliar, una vez más, el plazo. El embajador brasileño Zaluar sostiene que si da la razón a la empresa Amazon sentará “un precedente muy malo” y aventura que las plumas Mont Blanc pueden ser las próximas. Las nuevas batallas del siglo XXI.
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OTROS CASOS
El ICANN, fundado en 1998, es el organismo que reparte los nombres y los números en Internet. Es decir, los dominios (los nombres de las webs) y las IP (los larguísimos números que son el DNI de cada ordenador). Estos son otros casos llamativos o relevantes que ha afrontado.
.Patagonia: la empresa de ropa deportiva retiró su petición hace unos años ante las críticas de Argentina y Chile.
.africa fue concedido a una ONG sudafricana después de que dos tercios de los países de la Unión Africana estuvieran de acuerdo.
Los dominios .nyc, .rio o .berlin están adjudicados hace años, explica De la Parra, vicepresidente de ICANN.
.bar fue solicitado por unos emprendedores mexicanos que también pidieron .cafe. Pero resulta que en Montenegro existe una ciudad llamada Bar, de modo que solo lograron que ICANN les adjudicara el primer dominio después de que el alcalde montenegrino aceptara.