Según Pol Krivaček, autor de Babylon: Mesopotamia And The Birth Of Civilization, el origen del velo pudo haber tenido lugar en Asiria, en la antigua Mesopotamia. Asiria fue un temido imperio que es recordado, entre otras cosas, por su crueldad y la severidad de los castigos a aquellos que infringían sus leyes, siendo el aborto condenado con el empalamiento y el adulterio, con la desfiguración. Es en este código asirio donde encontramos la primera imposición conocida a la mujer del velo: “Ni esposas ni mujeres que salgan por la calle deben llevar la cabeza descubierta. Las hijas de los nobles… deben cubrirse, sea con un chal, una toca o un manto… Cuando salgan solas a la calle, deben cubrirse. Una concubina que sale a la calle con su señora debe cubrirse. Una prostituta sagrada, casada con un hombre, debe cubrirse en la calle, pero una a la que un hombre no ha desposado debe llevar la cabeza descubierta en la calle; no debe llevar velo. Una prostituta no debe llevar velo; su cabeza debe estar descubierta. Prostitutas y sirvientas que se cubran habrán de ver sus prendas confiscadas, habrán de soportar cincuenta azotes y habrán de ver betún arrojado sobre sus cabezas”. Se pueden consultar los códigos legales babilónicos aquí.