Por Andrés Oppenheimer
El levantamiento militar anunciado el martes en la mañana por el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, fue calificado por el régimen de Nicolás Maduro como un “intento golpista”. Pero como me dijo Guaidó en una entrevista, hay varias razones por las cuales una rebelión militar contra un régimen inconstitucional no puede ser llamado un “golpe”.
He aquí algunos datos que deben ser recordados al describir lo que sucedió en la mañana en Caracas, cuando Guaidó y el líder opositor Leopoldo López —quien había sido liberado de su arresto domiciliario por soldados que lo apoyan— fueron a una base militar y declararon la “fase final “ de su esfuerzo por restablecer el orden constitucional en Venezuela.
Primero, Maduro se convirtió en un dictador absoluto en enero de 2016, cuando despojó a la Asamblea Nacional controlada por la oposición de prácticamente todos los poderes. La oposición había ganado las elecciones legislativas de diciembre de 2015 por una avalancha de votos, a pesar de leyes electorales injustas, el uso masivo de recursos estatales y la censura a la prensa por parte del régimen de Maduro.
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