Por Miguel Anxo Bastos Boubeta
Instituto Juan de Mariana
Como es costumbre en tiempo de estío me gusta recomendar desde está página algunas lecturas que pudieran ser interesantes para quien quiera adentrarse aún más en los temas que aquí acostumbramos a abordar. Desde estas páginas recomiendo muchas veces la lectura de autores anarquistas no capitalistas, pues si bien podemos discrepar en el aspecto económico, encuentro en ellos, en muchas ocasiones, reflexiones muy interesantes sobre la naturaleza del Estado y la sociedad. Por ello, la primera lectura que recomiendo es de un anarquista español, poco conocido en nuestros mundos, pero cuyos libros son oro puro para un ancap. Se trata de Félix Rodrigo Mora, y si no lo conocen aún intenten conseguir sus libros, aunque por desgracia no son muy fáciles de conseguir. El libro que recomiendo aquí es su El giro estatolátrico. Repudio experiencial del estado de bienestar, Maldecap, Barcelona, 2011. Esta es una de las críticas más duras que he leído nunca contra el estado del bienestar, entendido este como una muy eficaz forma de dominio, que no solo domina, sino que aun por encima se quiere presentar como un avance moral de primer orden, algo que nuestro autor por supuesto niega. Es un maravilloso texto solo que escrito con el lenguaje del anarquismo de izquierdas y que si se lee bien coincide con muchas de las propuestas que los ancap llevan mucho tiempo haciendo. El libro tiene un doble mérito, el primero el de su calidad, y el segundo el de su enorme valentía. Lo que él dice es habitual oírlo en ambientes liberales o libertarios, aunque no con tanta claridad, pues cuando se hacen en nuestros ámbitos críticas al estado del bienestar se hacen como pidiendo perdón, mientras que su ataque es frontal y demoledor contra algo que considera negativo desde un principio. Coincide con nosotros en la busca de soluciones en la sociedad civil para atender los problemas derivados de la incapacidad o la pobreza, solo que nosotros nos centramos más en los mercados y él en la autoorganización de la sociedad civil. Pero ambas no son incompatibles y coinciden en evitar el uso de medios políticos a la hora de afrontar los problemas sociales. Si pueden conseguirlo, no dejen de leerlo.