¿Qué te dice el corazón?
Para Jeff Bezos, fundador y presidente de Amazon y -según Forbes- el hombre más rico del mundo, esta es la pregunta que nos tenemos que hacer para tomar decisiones en la vida.
Es lo que él mismo se planteó hace 25 años cuando decidió renunciar a la seguridad de un empleo bueno y muy bien pagado para seguir el camino que le marcó el instinto.
Dejó su trabajo en un banco de inversiones de Wall Street, cruzó todo el país y desde el garaje de la casa de sus padres en Seattle fundó Amazon.
Era el 5 de julio de 1994.
Talento o elección
En un emocionado discurso ante los graduados de 2010 en Princeton, su alma máter, Bezos dio las claves que explican cómo fue ese proceso que derivó en la creación de la que ahora es la mayor empresa de comercio electrónico del mundo.
Bezos contó una anécdota de infancia que, según dijo, marcó su concepción de la vida.
Cuando tenía 10 años, en un viaje en auto con sus abuelos, a los que adoraba, el pequeño Jeff hizo un cálculo matemático sobre el efecto del tabaco en la salud de las personas.
Lo hizo para reprocharle a su abuela los años de vida que estaba perdiendo por fumar cigarrillos.
La mujer rompió a llorar.
El abuelo paró a un lado de la carretera, salió del auto y le abrió la puerta a Jeff.
"Era un hombre inteligente y callado, nunca me había dicho palabras duras y pensé que quizá esa iba a ser la primera vez o que a lo mejor quería que le pidiera perdón a mi abuela", relató Bezos.
"Mi abuelo me miró y al rato, tranquilamente, me dijo: 'Jeff, un día entenderás que es más difícil ser amable que inteligente'".
Desde entonces, dijo el empresario, no ha perdido de vista la importancia de darle prioridad a las elecciones que hacemos por encima de los talentos que nos vienen dados.
Asumir riesgos
Nacido en Nuevo México en 1964, Bezos fue un buen estudiante que, como muchos de sus amigos y compañeros, se estrenó en el campo laboral trabajando en un McDonald's.
Graduado con honores en ciencias de la computación e ingeniería eléctrica en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), Bezos solo necesitó ocho años para llegar a ser vicepresidente de D.E. Shaw & Co., el banco de inversiones de Wall Street en el que trabajaba cuando decidió darle un giro a su vida.
En sus manos cayó un informe que decía que internet estaba creciendo a un ritmo de 2.300% al año.
"No había visto ni oído nada igual, y la idea de fundar una librería online con millones de títulos, algo que no podía existir en el mundo físico, era muy emocionante para mí", expuso Bezos en su discurso de 2010 en Princeton.
El empresario tenía entonces 30 años y llevaba un año casado con MacKenzie, también graduada en Princeton (de quien se separó a principios de este año).
"Quería dejar mi trabajo e irme a hacer esta locura, aunque no fuera a funcionar porque la mayoría de las startups no lo hacen. MacKenzie me animó. Siempre quise ser inventor y ella quería que siguiera mi pasión", contó.
"Yo tenía un jefe al que admiraba. Le conté la idea. Me llevó a dar un largo paseo en Central Park, me escuchó y finalmente me dijo que sonaba como una gran idea, pero que sería todavía mejor si fuera para una persona que no tuviera ya un buen trabajo.
"Esa lógica tenía sentido y me convenció para que pensara en ello 48 horas antes de tomar una decisión. Era una elección difícil, pero decidí que tenía que intentarlo.
"No me iba a arrepentir de intentar algo y fracasar, pero sí me perseguiría la decisión de no intentarlo. Tomé el camino menos seguro para seguir mi pasión. Y estoy orgulloso de esa elección".
Apuesta acertada
El tiempo ha demostrado que Bezos acertó con esta apuesta, para la que no hay que olvidar que contó con el valioso apoyo de sus padres, que le dieron US$300.000 de sus ahorros para que pudiera lanzar su nueva empresa.
El empresario tenía entonces 30 años y llevaba un año casado con MacKenzie, también graduada en Princeton (de quien se separó a principios de este año).
"Quería dejar mi trabajo e irme a hacer esta locura, aunque no fuera a funcionar porque la mayoría de las startups no lo hacen. MacKenzie me animó. Siempre quise ser inventor y ella quería que siguiera mi pasión", contó.
"Yo tenía un jefe al que admiraba. Le conté la idea. Me llevó a dar un largo paseo en Central Park, me escuchó y finalmente me dijo que sonaba como una gran idea, pero que sería todavía mejor si fuera para una persona que no tuviera ya un buen trabajo.
"Esa lógica tenía sentido y me convenció para que pensara en ello 48 horas antes de tomar una decisión. Era una elección difícil, pero decidí que tenía que intentarlo.
"No me iba a arrepentir de intentar algo y fracasar, pero sí me perseguiría la decisión de no intentarlo. Tomé el camino menos seguro para seguir mi pasión. Y estoy orgulloso de esa elección".
Apuesta acertada
El tiempo ha demostrado que Bezos acertó con esta apuesta, para la que no hay que olvidar que contó con el valioso apoyo de sus padres, que le dieron US$300.000 de sus ahorros para que pudiera lanzar su nueva empresa.