Por María Dolores Arias
Recientemente se emitió el acuerdo gubernativo 189-2019 del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, dicho acuerdo consta de siete artículos. El objetivo del mismo es prohibir el uso de plástico de un solo uso.
Más específicamente el artículo 1 dice “Se prohíbe el uso y distribución de bolsas plásticas de un solo uso en sus diferentes presentaciones formas y diseños, pajilla plásticas en sus diferentes presentaciones, formas y diseños, platos y vasos plásticos desechables en todas sus presentaciones, formas y diseños incluyendo mezcladores o agitadores plásticos desechables y contenedores o recipientes para almacenamiento y traslado de alimentos de plástico desechables o de poliestireno expandido (duroport), en sus diferente presentaciones, formas y diseños.
‘Esta disposición no restringe ni limita las disposiciones que para el efecto hayan emitido o emitan las corporaciones municipales dentro de sus circunscripción territorial, en ejercicio de la autonomía que ostentan.”
Semejante prohibición ha evidenciado la postura a favor y en contra de dicho acuerdo.
Los argumentos a favor y en contra son variados, quienes están a favor argumentan que los plásticos contaminan los ríos y los océanos. Hay quienes la apoyan para proteger a la fauna marina.
Es notorio que la basura en muchas ocasiones termina en los ríos como el Motagua, o lagos como el de Amatitlán o en los océanos como el Pacífico por sólo mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, no sólo es el plástico el que llega ahí, sino cientos de materiales tanto líquidos como sólidos los que se tiran a los ríos o cauces que terminan en lagos u océanos.
Existe un problema de contaminación que debemos resolver pero considero que esta prohibición no lo soluciona. Más allá del tema práctico como la conveniencia y utilidad del uso de plásticos en nuestra vida cotidiana, debemos ir más a fondo, ir a la raíz del problema, a sus causas. ¿Cómo llegan los desechos sólidos y líquidos a los afluentes? ¿Es el plástico el único desecho o es tan sólo el más visible? ¿Prohibir el uso del plástico soluciona el problema? ¿Realmente se buscó una solución o solamente algo para ir a contar en la ONU?
Estas son algunas de las muchas preguntas que debemos hacernos, debemos cuestionar al actual modelo que tenemos en el desecho de la basura. ¿Es válido imponer mi visión de vida a los demás? ¿Es correcto castigar a los usuarios de plástico responsables por aquellos que no lo son? ¿Es realmente el plástico el responsable?
En algunas ocasiones llego a pensar que soluciones tan simplonas, que no es lo mismo que simples, son un insulto a la inteligencia del ciudadano. Me refiero al ciudadano responsable que detesta lo traten como un estúpido y le impongan prohibiciones para evitar la irresponsabilidad de otros.
Alguna vez ha pensado ¿por qué las municipalidades tienen el monopolio del manejo de los desechos? ¿Es eficiente la forma en que se recolecta y maneja la basura? ¿Existen incentivos para usted que separa su basura versus quién no lo hace? ¿Le hacen algún descuento en el supermercado por llevar sus bolsas? ¿O donan en su nombre algún porcentaje para algún programa de investigación sobre el manejo eficiente de la basura, o construcción de plantas de tratamiento, o recicladoras, o programas para comunidades con menos recursos?
Muy poco se ha hablado del tema de la responsabilidad individual, a final de cuentas la basura que usted genera es suya, y es su responsabilidad desecharla de manera correcta. Esto, como todo en la vida, tiene un costo sin embargo al no existir un cálculo económico real, lo obviamos como si no existiera.
Por otro lado está el tema de la propiedad, la gente tira basura en lugares que al parecer “no tienen dueño” y lo hacen, simple, llana y sencillamente, porque pueden. Porque no pasa nada, porque no existe un gobierno que haga respetar la propiedad. Sin embargo, sucede lo contrario donde hay letreros que prohíben tirar basura y la certeza de castigo es real.
Es más fácil echarle la culpa al plástico y prohibirlo, para después decir, en reuniones como las de la ONU, que se está haciendo algo; en lugar de buscar soluciones de fondo. Considero que en libertad, en paz y respetando la propiedad de los demás podremos encontrar soluciones innovadoras y disruptivas.
Si dejamos el genio creativo de los inventores y emprendedores trabajar en libertad, seguramente surgirán nuevos materiales, nuevos métodos de manejo de desechos que irán solucionando buena parte del problema. Mientras tanto sea responsable de la basura que genera y, que por cierto, eso incluye los desechos de su perro en la calle.