Por Álvaro Vargas Llosa
ABC, Madrid
Puede verse también la Parte I
Culmino el inconfesable «tour d’horizon» iniciado la semana pasada: 4. El tiempo ha puesto las cosas en su sitio. Ante la inminencia de un pacto entre el socialismo, la izquierda carnívora y el nacionalpopulismo separatista en España, en el contexto de unas cuentas del Estado que por primera vez desde 2012 no han visto reducirse un ápice su desbalance y una economía renqueante con una tasa de paro de casi 15 por ciento, cobra importancia retrospectiva el error del presidente Rajoy al no convocar elecciones en mayo de 2018. Podría argumentarse que, en vista de que logró, aquel mes, la aprobación de los Presupuestos con el apoyo vasco, no había razones para pensar en una moción de censura exitosa. Pero él sabía, y lo sabía España, que la sentencia del «caso Gürtel» era inminente y que la victoria de los Presupuestos tenía más de pírrica que de remontada hazañosa. No lo hizo porque Cs encabezaba las encuestas y hubiera sido el casi seguro ganador de los comicios, arrebatándole insolentemente al PP la supremacía del espacio que se columpia entre centro y la derecha. Rajoy tuvo méritos y posee cualidades que saltan a la vista (una de las cuales es ser un expresidente prudente y caballeroso). Pero su decisión fue muy costosa para España. Era preferible que el PP dedicara los años venideros a recuperar su lugar preponderante en el centro-derecha tras una eventual victoria de Ciudadanos que asistir al esperpento presente.
5. ¿Recuerdan las manifestaciones contra el colombiano Iván Duque, la sensación de que su presidencia se tambaleaba ante el apogeo de las izquierdas tumultuosas y «bochincheras», en el sentido que dio a esta expresión Francisco de Miranda, el precursor de la independencia sudamericana? Pues bien, la economía colombiana ha superado a todas sus vecinas con una tasa de crecimiento de 3,3%, sólo mejorada en América Latina por República Dominicana y Panamá, y muy superior al promedio regional, un paupérrimo 0,2%. La inversión, a pesar del alboroto permanente de los adversarios de Duque y las dificultades para hacer aprobar leyes en un Congreso en el que su propio partido está dividido, ha aumentado más de 20%. La flamante reforma tributaria y las futuras reformas pensional y laboral encierran la promesa de un renovado dinamismo que reducirá el paro. Si sucede, Duque está lejos de ser hombre muerto.
6. Decimos, y decimos bien, que el populismo de derecha arrecia en Europa. Pero no decimos lo suficiente que el socialismo ha colapsado en casi todos lados, contribuyendo con ello al auge populista. En Alemania, hasta los Verdes superan al SPD por más de ocho puntos. En Holanda, los Verdes superan tanto a los laboristas como a los socialistas (cuyo voto doblan). En Italia, la izquierda empata con el Movimiento 5 Estrellas, que es vagamente populista de izquierdas, y la Liga tiene el doble de intención de voto que ellos. Los únicos socialistas con buenos números son… ¡los muy poco socialistas portugueses!