Por Andrés Oppenheimer
La decisión de escuelas en todo el mundo de suspender las clases y pedirles a los alumnos que continúen sus cursos por internet debido a la pandemia del coronavirus acelerará la revolución tecnológica hacia la educación en línea. La educación tradicional cambiará para siempre, y eso puede ser algo bueno.
Por supuesto que, a corto plazo, la crisis del coronavirus afectará negativamente a cientos de millones de estudiantes en todo el mundo. El cierre de escuelas por el coronavirus ya ha hecho que casi 300 millones de niños y jóvenes en todo el mundo deban irse a estudiar a su casa, según estimaciones de las Naciones Unidas.
Esto está causando grandes problemas, especialmente para los niños pobres que dependen de sus almuerzos escolares para gran parte de su nutrición. Además, los niños de hogares pobres tienen más dificultades para adaptarse al aprendizaje en línea que sus compañeros de clase media o los más ricos.
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