Este infalible manual del discurso que es el sueño de todo aspirante a político profesional, viene como anillo al dedo cuando estamos en año electoral.
Es una herramienta para facilitar las cosas a gente cuyo oficio, por definición, implica hablar mucho y no decir nada, lo que se hace difícil después de algún tiempo, más aún cuando el ingenio para resolver este o cualquier otro problema es cualidad inexistente entre quienes se dedican al ramo, razón por la cual es tan floreciente el negocio de los asesores candidaturales.
Después de incontables horas de grabación en parlamentos, consejos, foros, actos solemnes, mítines y reuniones, procesadas a través del más sesudo estudio computarizado, se obtuvo el cuadro que anexamos y que se usa del modo siguiente:
Se inicia con la primera expresión de las que aparecen listadas en la Columna 1 y luego se pasa a cualquier frase de la Columna 2, para proseguir con cualquiera de las que integran la Columna 3 y terminar la parrafada con una frase de la Columna 4; se vuelve entonces a otra frase de la Columna 1 y se repite el proceso siguiendo el orden de las columnas.
Puede adornarse agregando citas celebres, refranes y advertencias contra algún enemigo o peligro al gusto del público receptor, pero por sobre todo, diga y/o escriba su perorata con total, imperturbable y convencida seriedad.
Este proceso permite construir 14.641 frases hechas diferentes, proporcionando un arsenal verborréico apto para todo momento y ocasión.
Con pequeños cambios, pueden elaborarse versiones más especializadas para escritores de editoriales y artículos de opinión, empresarios, burócratas sindicales, publicistas, aspirantes a expertos en cualquier área y oradores de orden en festividades patrióticas o religiosas.
Por lo tanto, ...¡ya no hay pretexto para dejar de redactar y/o pronunciar la disertación demagógica, altisonante y nada comprometedora que es el sueño de todo tribuno institucional!...
Columna 1 |
Columna 2 | Columna 3 | Columna 4 |
Compatriotas: | el obligatorio debate sobre nuestro destino como país | exige que apreciemos la trascendencia | de las políticas de cambio que la Nación demanda. |
La responsabilidad que asumimos frente a Uds., reforzada por | la estabilidad de las instituciones democráticas | facilita el análisis objetivo | de un esquema realista para honrar nuestros compromisos externos. |
En otro orden de ideas, | el contacto directo con la colectividad | ofrece ámbito fecundo para la visualización | del modelo de desarrollo a seguir en la Postmodernidad. |
Percibir el significado que tiene | el estudio reposado y acucioso de los problemas presentes | obliga al examen desprejuiciado | de los escenarios factibles para afrontar los avatares del Siglo XXI. |
De igual manera, | la tarea impostergable del progreso nacional | reitera lo cierto de nuestro planteamiento | de las condiciones económicas y sociales existentes. |
La urgencia de profundas reformas, pero sobre todo | la revisión serena de los errores del pasado | requiere romper con concepciones desfasadas acerca | de la estrategia apropiada en la coyuntura presente. |
La experiencia nos ha probado que | la incidencia de la Revolución Científica y Tecnológica en curso | implica el ajuste para la reestructuración | de los retos que aguardan a este país generoso y resuelto en el próximo milenio. |
Así mismo, | el impacto inevitable de la crisis | ayuda a que tomemos conciencia | de los procesos de globalización en marcha. |
Resulta obvia la importancia de esto, ya que | la confrontación con los hechos | nos informa y educa también en torno | del esfuerzo por redimensionar un aparato estatal inoperante. |
No obstante, cabe recordar que | la dinámica del acontecer actual | permite comprobar claramente los pro y los contra | del balance tras el período histórico que ahora culminamos. |
Nuestra conocida postura ante los foros mundiales, así como | la necesidad de incrementar la confianza en el futuro del país | impone un diagnóstico adecuado | de las propuestas de concertación que involucran a la sociedad civil. |
PD: No olvide terminar con un slogan; mientras más rimbombante, pegajoso y vacío, mejor.