Por Ahiana Figueroa y Carlos Seijas Meneses
TalCual
Como por arte de magia, cada vez que Coromoto Blanco, de 49 años de edad, abre la nevera desaparecen alimentos. Se encuentra con espacios vacíos donde antes congelaba la carne, el pollo, el pescado y la chuleta. Pero no se trata de un truco. Es real, y ha sido uno de los efectos de la agresiva hiperinflación que este noviembre de 2020 sopla las velas de la torta por tercer año, acercándose cada vez más a las dos hiperinflaciones más largas de la historia: Grecia, que duró poco más de cuatro años; y Nicaragua, cinco.