Por Carlos Alberto Montaner
Es tan confusa la ley electoral de EEUU que es preferible escribir este artículo en forma de preguntas y respuestas.
¿Qué ocurrirá el 6 de enero del 2021?
Se reunirá el Congreso Federal en Washington para certificar lo que ha dicho el Colegio Electoral. En los tres días previos es posible hacer alegaciones. Ahí se escucharán las acusaciones de fraude.
¿Pero hubo o no hubo fraude electoral?
No parece. Hubo irregularidades, habituales en casi 160 millones de votantes, pero no fraudes que pudieran alterar los resultados electorales. Cincuenta y seis tribunales rechazaron las demandas por falta de pruebas. Hubo, incluso, jueces nombrados por Trump que, unánimemente, se negaron a tomar en serio las denuncias.
Sin embargo, hay personas inteligentes y razonables que aseguran que sí hubo fraudes.
Es cierto, pero no han presentado pruebas, sino conjeturas. Las “declaraciones juradas” no son pruebas. He visto una foto de un camión que, supuestamente, contenía seis millones de boletas falsificadas. El camión era negro y tenía un letrero que decía “Black Men Vote Org.” No creo que quien cometa un delito de esa naturaleza lo anuncie. Hasta la Corte Suprema, con una mayoría conservadora, rechazó esas denuncias por unanimidad.
¿Le han robado las elecciones a Donald Trump? Él insiste en que ha ganado las elecciones.
Trump insiste en que él ganó con los “votos válidos” en los swing states. Y querría que se eliminaran los votos por correo. Los votos por correo son, supuestamente, los “votos inválidos”. Esa es una absurda arbitrariedad. Trump no quiere que se eliminen en donde él ganó, como en la Florida, donde hasta él votó por correo, sino en donde perdió. Los Estados imponen sus leyes electorales. El voto por correo es una de ellas.
¿No es extraño que haya muchos más votos demócratas que republicanos en el correo?
No. Los demócratas, como regla general, fueron mucho más prudentes que los republicanos en el asunto de las aglomeraciones. Recuérdese que estamos en la época del coronavirus. El propio presidente alentó la división entre los republicanos, que no creían en la peligrosidad del virus, y los demócratas, como Biden, que se escondían en sótanos. Es lógico que los demócratas hayan votado mucho más por correo.
¿Qué pasará el 20 de enero?
El 20 de enero del 2021 no pasará nada. Joe Biden y Kamala Harris, a partir del mediodía, como manda la Constitución, ocuparán la Casa Blanca. El 14 diciembre se decidió todo. El Colegio Electoral actuó, como era su deber, de acuerdo con las indicaciones de los votantes.
¿Existe otro camino para que Trump permanezca en la Casa Blanca?
No lo creo. En 1804 se aprobó una “elección contingente” para aquellos casos en los que hubiera un empate, pero no es lo que sucedió en el 2020. La fórmula demócrata, Biden-Harris, obtuvo 306 votos electorales contra 232 de los republicanos Trump-Pence. Biden-Harris, además, obtuvieron 81 millones de votos frente a los 74 millones que sacaron Trump-Pence. En todo caso, como la votación es indirecta y los electores seleccionan a las 538 personas que forman el Colegio Electoral, vale la pena señalar que fue la misma relación de votos con que ganaron los republicanos en el 2016.
¿Por qué Trump deja abierta la puerta de un eventual triunfo frente a Biden?
Hay varias razones. En primer lugar, Trump ha alimentado entre sus partidarios la idea de que ha sido víctima de un complot. No está dispuesto a desmentir esa falsedad ni aunque lo maten. El 68% de los trumpistas la creen. Prefiere abandonar la Casa Blanca como una víctima del “Estado profundo”, una de sus supersticiones inyectada por Steve Bannon, antes que derrotado por Biden.
En segundo lugar, hay una recaudación económica importante que le permitiría reinventarse como político y, si los republicanos lo abandonan, formar su propio partido.
En tercer lugar, por lo que suele repetir hasta el cansancio su sobrina, la psicóloga Dra. Mary L. Trump: porque es fisiológicamente incapaz de perder frente a otro ser humano.
¿Y si no se va de la Casa Blanca?
Se irá. Ya Vladimir Putin y Mitch McConnell, líder de la mayoría del senado, felicitaron a Biden. No lo hubieran hecho si supieran que Trump se iba a encadenar a la poltrona presidencial. Melania, su mujer, dicen que andaba cerca de Miami buscándole una escuela a Barron, el menor de los hijos de Trump. Su hija y yerno compraron un gran terreno en una isla exclusiva de Miami Beach. Afirman los que conocen las regulaciones, que caben, holgadamente, dos mansiones.
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