Por Enrique Krauze
El País, Madrid
En la cena de Pascua que año tras año, desde hace milenios, se celebra en la tradición judía, hay un canto fascinante. Se titula Nos bastaría.Data del siglo IX y es una concatenación de expresiones de gratitud por los prodigios sucesivos que el pueblo de Israel recibió en su éxodo de cuarenta años hacia la tierra prometida. Extraído de su contexto religioso, el canto suena más natural y permanente. Puede expresar, por ejemplo, la gratitud acumulativa de hijos a padres, de discípulos a maestros. En ocasión de su cumpleaños 81, quiero recurrir a esa antigua fórmula para expresar a Mario Vargas Llosa mi gratitud de lector, de intelectual, de liberal y de amigo.