Por Jesús Galindo Noriega y Miguel A. Cervantes
“Se los digo Maduro, Díaz Canel y Daniel Ortega, para que me entiendas AMLO”
Andrés Manuel (AMLO) presidente de México, fue el anfitrión de la cumbre de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe 2021 (CELAC). Desde los primeros años del gobierno, AMLO ha estado sembrando y cultivando sus relaciones con algunos países de Centroamérica y más que cerrar el ojo a los mandatarios de Cuba y Venezuela, los ha arropado. Nicolás Maduro de Venezuela y desde Raúl Castro de Cuba y actualmente Díaz Canel, son personajes que suelen ser invitados en los discursos de AMLO y en Palacio Nacional, no se diga de Evo Morales de Bolivia durante su asilo en México. Es decir, AMLO se sigue esmerando en propiciar favores a los mandatarios de Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, gobiernos claramente de corte dictatorial, ya sea en apoyos económicos, donación de vacunas covid, dedicatorias y defensas discursivas ante los Estados Unidos. Todas estas acciones no son para generar más intercambios voluntarios entre los hermanos latinoamericanos, sino para fortalecer la concentración de poder, con fines puramente geopolíticos.
La agenda de la cumbre contempló cinco grandes capítulos: 1) Reactivación económica regional tras la pandemia; 2) Relación con socios extraregionales; 3) Medio ambiente y cambio climático; 4) igualdad, género y diversidad; 5) Innovación, e integración latinoamericana y Caribe. La cuestión de reactivación económica deja mucho que desear, si en México, el gobierno ha hecho todo lo contrario con más trabas a la inversión, por ejemplo, la cancelación de la cervecera Constellation Brands, muros contra la inversión petrolera y energías limpias entre otras, así como la reducción del área cultivable en la región de Delicias-Camargo. La reactivación económica que se entiende en el actual gobierno de México, es el multimillonario gasto en proyectos a capricho sin sustentabilidad a futuro, no se entiende la reactivación como la apertura a la iniciativa privada. A pesar del discurso de la hermandad latinoamericana, en ninguno se consideró el libre comercio, la seguridad, la migración, reforma regulatoria, ni la salud como otros grandes capítulos. Es urgente reducir las barreras arancelarias y no arancelarias en América Latina. Además del traslape de acuerdos comerciales y el plato de espagueti que hay en Latinoamérica y el Caribe. Tampoco se habló del trending topic respecto a facilitar visas de trabajo a los refugiados de Cuba, Haití, y Venezuela.
Al igual que aquellos mandatarios de centralismos, AMLO gobierna derecho por la izquierda y no se quita, no usa el retrovisor para medir el entorno internacional, donde una sola palabra despierta la desconfianza y la prudencia, del ambiente nacional ni se diga su displicencia y su recurrente provocación. Peligrosamente hacia el norte, AMLO aplica el “voy derecho y no me quito.”
En la cumbre CELAC celebrada estos días de septiembre en México, AMLO no logró el protagonismo que esperaba, al contrario, la figura del presidente pasó a las gradas y sus expectativas se derrumbaron. No hubo el consenso esperado para sustituir la Organización de Estados Americanos (OEA) anticipadamente promovido por el AMLO con los países miembros de la CELAC. La respuesta de los mandatarios Latinoamericanos y del Caribe es considerar actualización en las políticas, para hacer frente a nuevos retos, pero no desvirtuar el organismo. Los mandatarios de Uruguay y Paraguay no llegaron complacientes a la cumbre, sin el ánimo para compartir la sal con tiranos, se presentaron señalando la falta de democracia en Cuba, Nicaragua y Venezuela sin respetar derechos humanos, donde acosan y persiguen a la oposición de aquellos países. Esas intervenciones entre canciones y retos al debate sacaron de las cámaras y le movieron el tapete de AMLO.
El ego de AMLO quedó dañado. Si el presidente pretendía romper la piñata y tomar el liderazgo de los integrantes de la CELAC, solamente alcanzó a tomar dulces menores, aquellos que se desaíran. AMLO, que no México, esforzado en formar un cuarteto con Cuba, Nicaragua y Venezuela, no es gracioso un bloque que ni siquiera es probable que AMLO sea capaz de levantarse como líder, muy distante que se cultive la arenga en MORENA a la convocatoria a mandatarios de la CEPAL.
Los discursos de los presidentes de Uruguay y Paraguay, Luis Lacalle y Mario Abdo respectivamente, no solamente fueron un reclamo directo y a la cara de Nicolás Maduro de Venezuela y Díaz Canel de Cuba, son una dedicatoria “para que me entiendas AMLO”. Porque Andrés Manuel pretende seguir su recta por la izquierda en la política exterior, sin mirar a los lados y mucho menos el retrovisor, precauciones que si se toman en cuenta en la CELAC.
No es que se despreciara la agenda del CELAC, lo que pasa es que las deudas de libertad, democracia y derechos humanos en los países señalados por Uruguay y Paraguay, siguen siendo un pasivo muy alto que no permite avanzar hacia una integración confiable. En la comunidad internacional, estos presidentes, Luis Lacallle y Mario Abdo sobresalieron y ganaron las 8 columnas en la CELAC.
Antes de apagar.- Mientras que AMLO recibía a Maduro y Diaz Canel, discutiendo sobre “la autodeterminación de los pueblos” y el discurso anti-imperialista, Cubanos y Venezolanos sin opción real a votar, buscan huir del “paraíso socialista”.