Por Enrique Fernández García
Caido del Tiempo
Cualquier asunto magno lo subordinan a sus preocupaciones inmediatas.
Alcides Arguedas
Hay libros que tienen títulos impactantemente imperecederos. No importa que hayan sido concebidos hace años o hasta decenios; toparnos con su portada, leer esas palabras que resumirían el contenido, más aún cuando éste resulta crítico, puede invitarnos a consumar una reflexión provechosa. Ocurre que, si lo cuestionado entonces no ha variado, puede ser por el hecho de haber despreciado las ideas que albergan esas obras. Pienso en esto mientras tengo entre las manos un controvertido volumen que fue publicado el año 1973: La educación como forma de suicidio nacional, del siempre lúcido Mariano Baptista Gumucio. Su autor sostuvo allí que la principal razón del atraso de Bolivia es un sistema educativo estéril, ineficiente y demasiado oneroso. Se observaban falencias en recursos humanos, materiales, financieros. Había ya mucho por hacer; medio siglo después, los males persisten.