Por Robert M. Whaples
Este artículo fue publicado en la edición correspondiente al verano de 2022 de nuestro journal trimestral The Independent Review.
Al igual que ustedes, me entristeció profundamente la noticia del fallecimiento de David Theroux el 23 de abril de 2022. Es probable que muchos lectores de The Independent Review conocieran a Theroux -fundador y presidente por muchos años del Independent Institute- desde hace mucho más tiempo y mucho mejor que yo.
Me sorprendió cuando David me llamó en junio de 2012 y me preguntó si estaba interesado en considerar desempeñar un papel editorial en The Independent Review. Hasta ese momento yo había publicado un artículo y la reseña de un libro en TIR y no le conocía bien, pues solo me había reunido con él una vez. Sin embargo, tras aceptar el puesto, pronto supe que David era un hombre realmente sabio.
David creció principalmente en los suburbios de Nueva York y obtuvo tres títulos en la University of California en Berkeley (dos licenciaturas y un máster, en ingeniería y matemáticas), seguidos de un M.B.A. de la University of Chicago. Dejó los estudios de posgrado antes de tiempo para convertirse en vicepresidente fundador y Director de Asuntos Académicos del Cato Institute (entonces en San Francisco), tras lo cual se convirtió en presidente fundador del Pacific Research Institute for Public Policy. En 1986 lanzó el Independent Institute. Aunque lo puso en marcha con un presupuesto muy austero en el sótano de su casa en Oakland, bajo su dirección el Instituto floreció. Sin llegar a ser tan grande como gigantes como el American Enterprise Institute, la Brookings Institution, la Heritage Foundation o el Cato, el Independent Institute se situó claramente por encima de sus posibilidades bajo la dirección de David. En 2021, un ranking lo ubicó en el trigésimo lugar entre los 'think tanks' más influyentes de los Estados Unidos.[1]
Este éxito se basó en gran medida en las cualidades de David como emprendedor intelectual, con énfasis puesto en ambos términos. David era un intelectual serio y un emprendedor convocante. Su espíritu emprendedor es bien conocido -se puede ver en las instituciones que creó, los equipos que reunió y los proyectos que llevaron a cabo-, así que me centraré principalmente en sus ideas.[2]
La amplitud de conocimientos de David era simplemente notable. Lo supe cuando conversé con él en persona, durante las conferencias telefónicas que manteníamos quincenalmente y en nuestros numerosos correos electrónicos (cuento más de 1.100 correos en la última década). Era excepcionalmente versado en todas las ideas y pensadores relacionados con la libertad, y también sabía mucho sobre los enemigos de la libertad. Podía explicar rápida y hábilmente las ideas de economistas como Adam Smith, Friedrich Hayek y Ludwig von Mises o de filósofos como John Locke, John Rawls y Robert Nozick, añadiéndoles valor como lo haría un experimentado profesor universitario. En medio de una discusión, citaba argumentos y conclusiones de pensadores más oscuros: un artículo publicado hace treinta años, que nadie más recordaba, o algo publicado recientemente por un académico recién llegado. Era un buen conocedor de los subcampos de la economía, desde los recursos naturales hasta la educación o la política sanitaria, pero en última instancia era un generalista que dominaba el canon de las ideas y la literatura occidentales, siempre atento y agradecido del patrimonio intelectual y cultural de la humanidad. La amplitud de sus conocimientos y su comprensión me resultaba a veces sobrecogedora.
Según aprendí, las ideas de David en todos estos campos se basaban en la creencia fundamental de que la humanidad está hecha para el autogobierno. Después de todo, los seres humanos han sido creados a imagen y semejanza de Dios y se encuentran dotados de ideas morales objetivas conocidas por toda la humanidad (la ley natural) y de la capacidad de razonar. Por lo tanto, las personas deben ser libres para perseguir lo que es bueno y deben actuar como centros responsables de la toma de decisiones morales a la vez que desarrollan su propio criterio práctico. Esto es lo que significa ser humano. En consecuencia, David era un decidido enemigo del Leviatán, o de cualquier "solución" impuesta y centralizada. Sabía que el Estado prepotente procuraría apoderarse de los recursos y las libertades de las personas, pero -fundamentalmente- también trataría de aplastar sus almas. Intentaría volver dependientes a las personas, de pensar y actuar por sí mismas, y parecía esperar que ellas lo adorasen. David lo expresó así en una entrevista: "El colectivismo no sólo es antisocial, patológico y disfuncional, es esencialmente inmoral. Nuestro propósito debería ser crear una sociedad que esté basada en el comportamiento voluntario y cooperativo, donde las instituciones se basen en la elección humana pacífica, el contrato y el imperio de la ley" (Theroux, 2000, 5).
Un componente central de la desconfianza de David hacia el Leviatán era su propensión a la guerra. David fue cadete en la Academia de la Fuerzas Aérea durante la guerra de Vietnam, pero se retiró después de tres años. Relataba que: "Durante la guerra de Vietnam, me desilusioné cada vez más por las aseveraciones oficiales sobre la guerra y con la forma en que éstas podían cuadrar con los valores civilizados básicos. Está claro que el comunismo era un gran enemigo de la libertad, pero matar a personas inocentes y colectivizar a la sociedad estadounidense no era la respuesta. Al contrario, sólo sirvió" para convencer a "muchos de que la libertad era disfuncional y de que alguna forma de control central era necesaria" (Theroux, s.f., 4). Su visión, a menudo vista en las páginas de The Independent Review y en la autorizada obra de Robert Higgs Crisis and Leviathan (2012 [1987]), era que la proyección del poderío militar más allá de las fronteras de nuestro país a menudo perjudica a la gente en todo el mundo, pero de igual importancia es que alimenta al Leviatán y corroe la libertad en el país.
Como decidido enemigo del gobierno incontrolado, David reconoció que el Independent Institute debía mantenerse alejado de la política y centrar sus esfuerzos en la etapa prepolítica: "Mi objetivo... era crear un instituto que fuera bien recibido e influyente dentro de las principales comunidades intelectuales, en el mundo académico, en los medios de comunicación y en muchos otros mercados intelectuales" (Theroux, 2000, 3). El Instituto no podía estar financieramente en deuda con algún grupo de interés. No podía ser partidista, ya que eso suele significar que la verdad debe ser la verdad del Partido. "La razón por la que [otros 'think tanks' están] en Washington es porque desean influir en la política de Washington ... [donde] hay enormes presiones políticas para transigir... y hacer acuerdos" (Theroux, 2000, 11). En lugar de comprometer los principios, David procuró armonizar, hacer que todos se percatasen de la armonía de intereses que surge cuando las personas libres interactúan voluntariamente. Esta armonía, emulando a Adam Smith, permite el florecimiento humano.
"El problema es que la mayoría de los grupos a favor del libre mercado creen que la única batalla es la que se libra en el Congreso y es este error el que ha perjudicado enormemente los esfuerzos por defender la libertad durante décadas" (Theroux, 2000, 4). David deseaba construir una cultura de personas independientes y responsables y reconocía que la raíz del problema es un público "enamorado del gobierno" que les promete "almuerzos gratis" (Theroux, 2000, 15). La libertad es prepolítica. Como explica uno de los personajes de Ignazio Silone en Pan y vino (1937, 32), "la libertad no es una cosa que te otorgan como un regalo.... El que piensa con su propia cabeza es un hombre libre.... Aunque vivas en el país más libre del mundo si eres perezoso, insensible, apático e irresoluto, no eres libre sino esclavo, aunque no haya coacción ni opresión".
En 1996 David fundó The Independent Review para ampliar el alcance del Independent Institute. Al igual que con el propio Instituto, el objetivo era la excelencia académica no politizada. El subtítulo de la revista es A Journal of Political Economy (Una revista de economía política), pero fácilmente podría haber sido A Journal of Political Economy, Law, History, Philosophy, Sociology, and Culture (Una revista de economía política, derecho, historia, filosofía, sociología y cultura), porque él -y sus editores- reconocían que todos estos temas deben ser considerados de manera conjunta para entender el mundo y hacer de él un lugar mejor. Él "quería que la revista fuera más emocionante y agradable que las revistas académicas estándar. Las revistas académicas son, en general, ininteligibles y no leídas", y él no deseaba que TIR sufriera este destino (Theroux, 2000, 6). Una de las razones por las que The Independent Review no ha seguido este derrotero es que David tenía un ojo brillante para el marketing. Por ejemplo, imágenes visualmente interesantes descuellan en las portadas de TIR -normalmente seleccionadas por David-, pero dejaba su contenido en manos de sus editores, sabiendo que su integridad académica se basaba en la independencia editorial y la revisión por pares. Los autores y editores elaboraban minuciosamente una monografía o una colección de ensayos, y David ampliaba enormemente el número de lectores dándole un título como Pope Francis and the Caring Society y organizando docenas de apariciones en los medios de comunicación. Hábilmente impulsaba la demanda, mientras que sus autores y editores se centraban en la oferta.
Después de que uno de los blogs que sigo publicara un homenaje a David anunciando su deceso, alguien que probablemente nunca lo conoció añadió un comentario diciendo "seguramente se habrá planteado si el trabajo y la producción intelectual de su vida tuvieron algún efecto real en la sociedad en general o en la dirección del gobierno estadounidense. Lamentablemente, la respuesta es no". Este comentario se equivoca en dos aspectos. En primer lugar, la obra de David tuvo claramente un efecto positivo en la sociedad y en la dirección del gobierno estadounidense, un impacto marginal notable. No obstante, aunque el trabajo de David, el mío o el tuyo no haya tenido ningún impacto en la sociedad en general, nuestra valía como seres morales depende de que nos esforcemos al máximo por librar la batalla acertada: estar del lado correcto. En última instancia, se nos juzgará por la forma en que hayamos resistido a los males de este mundo y hayamos ayudado a los buenos. Este punto es ejemplificado por el autor favorito de David, C.S. Lewis, en su extraordinario libro Esa horrible fortaleza. La historia involucra a una pareja de académicos -Mark y Jane Studdock- que se ven envueltos en un intento de controlar a la sociedad por parte de un instituto aparentemente científico, que es una fachada de siniestras fuerzas sobrenaturales. Dado que los Studdock se enfrentan a fuerzas que van mucho más allá de sus propios poderes y no pueden influir realmente en el resultado, su decisión más importante fue la de descubrir lo que era bueno y lo que era malo y elegir el bien sobre el mal sin importar cualquier costo para ellos mismos, incluso si no podían prevalecer. "Suponiendo que lo honesto no tuviera el menor poder, estuviese siempre y en todo lugar seguro de ser burlado, torturado y por último asesinado por lo deshonesto, entonces ¿qué? ¿Por qué no hundirse con la nave?" (Lewis, 2003 [1945], 334).
"La lucha por la libertad es fundamentalmente una guerra de ideas" (Theroux, 2000, 6): "Nuestra misión es ganar la guerra de ideas, y para ello utilizamos todos los medios disponibles" (Theroux, s.f., 1). Todos los medios, justos, pero no sucios, ya que David se cuidaba de no ensombrecer ni estirar la verdad y era indefectiblemente amable con amigos y enemigos (e incluso con los vendedores telefónicos)[3] En un homenaje se dijo de David que era "un caballero a la antigua de primer orden". Sin duda lo era.
David conmemoró el fallecimiento de varios amigos del Instituto Independiente -entre ellos Fred Singer, Michael Novak y P.J. O'Rourke- con el comienzo de una oración tradicional: Requiem æternam dona ei, Domine (Concédele el descanso eterno, Señor). Terminaré con el resto de esta bendición para transmitirle mi gratitud: Et lux perpetua luceat ei (Y que la luz perpetua brille sobre él).
Notas
[1] Véase “The 50 Most Influential Think Tanks in the United States”.
[2] Por ejemplo, bajo la dirección de David, el Independent Institute publicó más de 140 libros académicos, que recibieron más de cincuenta premios, entre ellos tres Eric Hoffer Book Award Grand Prizes, el Templeton Freedom Award, dos Mencken Awards for Best Book, ocho Sir Antony Fisher International Memorial Awards for Best Book, tres Benjamin Franklin Awards, diez Independent Publisher Book Awards, el Peter Shaw Memorial Award y tres Choice Magazine Awards for Outstanding Book. Otro proyecto notable fue la creativa y atractiva serie de vídeos de YouTube Love Gov ("Gov" en inglés equivale a "Gob" en español, la abreviatura de Gobierno), que satirizaba la locura, el costo y el intrusismo del gran gobierno. Hasta la fecha, las dos temporadas de Love Gov combinadas ha cosechado más de 40 millones de visitas y han obtenido más de 40 premios y galardones en festivales de cine. David se encontraba trabajando en la preproducción de Love Gov3 en el momento de su fallecimiento.
[3] Mary Theroux -quizás la compañera más importante de David en la construcción del Instituto Independiente- ofrece este detalle sobre la bondad de David aquí.
Referencias
Higgs, Robert. 2012 [1987]. Crisis and Leviathan: Critical Episodes in the Growth of American Government. Oakland, Calif.: The Independent Institute [New York: Oxford University Press].
Lewis, C.S. 2003 [1945]. That Hideous Strength. New York: Scribner [London: Bodley Head].
Silone, Ignazio. 1937. Bread and Wine. Translated by Gwenda David and Eric Mosbacher. New York: Harper.
Theroux, David. 2000. “Interview with David Theroux.” Full Context.
Theroux, David. n.d. “An Interview with David Theroux.”
Traducido por Gabriel Gasave
El autor es Asociado Senior del Independent Institute y coeditor de The Independent Review.