Por Armando Regil Velasco
El Economista, México
Los gobernantes autoritarios saben que uno de los caminos para privar a los ciudadanos de su libertad, es atentar contra la propiedad privada. De ahí que expropiar se vuelva el deporte favorito de cualquier depredador gubernamental.
La libertad individual y los derechos de propiedad son principios universales y fundamentales para el funcionamiento de una sociedad libre. Si nos remontamos varios siglos atrás en la historia, no es casualidad que uno de los 10 mandamientos sea precisamente “no robarás” recordándonos que nadie tiene derecho a apropiarse de aquello que le pertenece a otra persona. Algo que los gobiernos autoritarios en pleno siglo XXI ignoran u olvidan.
Los derechos de propiedad son la clave para entender la diferencia entre dos sistemas, uno que multiplica la riqueza (economía de libre mercado) y otro que multiplica la pobreza (socialismo). Muchas personas confundidas consideran que la economía de libre mercado es un sistema perverso que se basa en la codicia para impulsar el éxito económico y que el socialismo es el sistema que enfatiza la generosidad porque supuestamente ve por los más necesitados. Es exactamente al revés.
La economía de libre mercado se sostiene en el libre intercambio de bienes y servicios que constituyen la propiedad privada de las personas. Mientras el socialismo se sostiene en el control estatal de la propiedad y la industria. Para que haya un intercambio libre que permita a ambas partes estar mejor, se necesita que exista y se respete la propiedad privada pues es la base para poder crecer, generar riqueza e intercambiar libremente.
No es casualidad que hoy en México, el gobierno atente contra la propiedad privada expropiando por capricho de quien gobierna a base de decretos que despojan a una o varias personas de su propiedad privada. Para imponer un sistema tan fracasado como el socialismo, los gobernantes suelen arrebatar la propiedad privada a las personas pues sin ella, se quedan sin activos para tomar decisiones económicas libremente. Sin activos no se puede generar riqueza, por eso los gobiernos socialistas destruyen la riqueza arrebatando activos y eliminando incentivos de manera que todo el control quede en sus manos.
La propiedad privada asegura la libertad individual porque enfatiza que la persona es más importante que el estado. La diferencia entre el socialismo y la economía de libre mercado es enorme. El socialismo cree que la persona debe servir al estado y ser un títere de una élite gobernante; la cual decide qué derechos tiene y qué puede hacer o no. Pero en una sociedad libre, el estado es o debería ser realmente el protector de los derechos de las personas, garantizando el cumplimiento y la vigencia de un Estado de Derecho que limite el poder de quien gobierna. Son dos perspectivas y realidades que se oponen de manera drástica.
Hoy, México tiene un gobierno que claramente ve todo al revés, que quiere coartar la libertad de los mexicanos atentando contra sus derechos más fundamentales y contra su propiedad privada, un gobierno que quiere controlar todo sin garantías de nada porque no respeta la Constitución ni las leyes que de ella emanan. Un gobierno que gira en torno al gobernante y sus caprichos y por ello convierte el endeble Estado de Derecho en el estado de una sola persona.
Un gobierno que se guía por los deseos y limitaciones de un solo hombre que amenaza y castiga a quien piensa distinto, a quien cuestiona o a quien se opone a sus decisiones equivocadas y arbitrarias. De ahí que su apetito autoritario lo está llevando a atentar contra la propiedad privada pues sabe que, de lograrlo, acabará con la libertad como lo han hecho sus amigos en Cuba, Venezuela y otros países de la región.
Es hora de entender que el gobierno no nos otorga ningún derecho. Los derechos los tenemos de manera natural por ser personas. Por lo tanto, el gobierno no tiene ningún “derecho” a quitarnos lo que no nos dio. Es hora de defender nuestra libertad y nuestra propiedad con más convicción y valentía que nunca.
El autor es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA).